Mis diez poemas más random

Esta vez les traigo lo que llamo, mis diez poemas más random (o locos). Verán, mi computadora está por morir, así que para que me dure un poco más he decidido eliminar documentos, fotos y demás archivos que no considero necesarios, ni un tanto útiles. Entre tan ardua búsqueda, llegue a encontrar un folder con varios poemas que había escrito. ¡Ya ni me recordaba de ellos! En fin, me puse a leerlos y me reí un buen rato…  Son poemas que les causarán un buen rato de risa, o al menos eso espero. ¡Ojalá los disfruten!

1.)    Penas desgarradoras

Penas invaden al hombre,

tristezas, fantasmas y grandes temores.

Acabarán  como lo hace el hambre,

cuando hallemos lo que debemos comer.

2.)    Mi promesa

Perderás la cabeza por amor,

yo, perderé el corazón por dolor.

¿Si acaso buscas la felicidad?

Te juro, que no conozco a nadie,

que pudiera hacerte más feliz

de lo que yo, me he propuesto realizarlo.

3.)    Sarcasmo a una cocinera

Si cocinarás como hablas,

echarías a perder no solo

los oídos de los hombres,

sino también su buen gusto

por los alimentos.

¡Doy gracias a Dios! Qué seas

una mala hablada y no una mala cocinera.

¿Sino, que sería de mi indefenso estómago?  

4.)    Mi más grande secreto

Mujer, ten piedad de todo aquel

que jamás te ha mencionado,

lo que realmente siente por ti.

¡No defiendo a los acosadores!

Pues no hablo, sobre ellos.

Te digo, entre estas palabras,

lo que es el más grande secreto

de mi corazón… te digo, con palabras,

aquello que quisiera decirte cada vez,

que intercambiamos nuestras miradas.

Desde hace bastante tiempo, sólo deseo

decirte lo que jamás te he mencionado,

y todo ello es… lo que proviene de mi corazón.

5.)      Los días pasan…

Los días pasan y  jamás  regresan,

creen que se han ido a jugar con el gran César,

más todos ellos  han caído presas

del amor de una princesa.

6.)    ¿Por qué escribí esto?...  no recuerdo, ese día. 

Sin duda alguna, tenía mucha hambre 

y  poco pensé en lo que escribía.

Tortillas, frijoles y chicharrones,

puestos sobre la mesa están.

Me he sentado muy lejos de ellos y

nadie me los quiere pasar.

Si tan solo se acercan,

mi estómago y yo,

felices los haremos.

No tengan miedo o los comeremos.

7.)     Locos, lorocos y loros

En este mundo

hay pocos loros locos.

Y un viejo loco;

que solo come, loroco.

¿Por qué come loroco, el viejo loco?

¿Por qué mejor no se come,

a un loro loco, con un poco de loroco?

¿Curioso? ¡Ahora, parece… que yo soy el loco!

8.)    Pescar, ahora me resulta tan confuso

Pescan los que tienen pecas,

cuando pecan, los que no tienen pecas.

No pescan cuando pecan,

los que sin pecas no pescan.

9.)     Al trabajador que mucho le pido,

cuando se desgasta,

rápido lo despido.

Y al que no le pido,

es porque lo doy

por despedido.

¿Seré un mal jefe,

explotador de los obreros ?

10.)   Un día, un anciano

se me acercó. Recuerdo que dijo:

“Con todo mi ser,

solo te pido que reces

para que en este mundo

hayan mas reses

por cada cien peces”.

Entonces, le dije:

¿Por qué quisiera

que hubiera más reses,

sí para mí, tienen mejor

sabor… todos los peces?